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¡Quiero el divorcio!.

Cuando nos planteamos confiar en decir a nuestra pareja “quiero el divorcio“, está claro que, en principio, ambas personas en la pareja saben que hay algo que no funciona entre ellos. El cariño, el respeto y la confianza entre ambos deben prevalecer siempre.

Una familia no es una empresa, y como tal, así debemos enfrentarnos a esta decisión. ¿Por qué decimos esto? Sencillo, cuando afrontas una situación de este tipo, debes tener claro que no estás despidiendo a un empleado. Puede parecer muy bestia esta precisión, pero lo que está claro es que hay más de uno y más de una que equiparan estas situaciones.

Dicho esto primero, debemos, desde el respeto, tratar de dejar fuera de la negociación que vendrá sobre los aspectos eminentemente materiales. Aquí, debemos ser realistas y afrontar la situación con la madurez suficiente que merecemos y que merece nuestra futura expareja.

Si tenemos hijos, no debemos mezclar nunca las cuestiones relativas a los menores con las cuestiones económicas del patrimonio familiar. Recordemos que nos estamos separando o divorciando de nuestra pareja, no de nuestros hijos.

Pero volviendo al tema de la entrada, consejos a la hora de decir quiero el divorcio, podemos destacar los siguientes factores:

  • Sinceridad. No hay que disfrazar la verdad, ni camuflarla a través de mentiras que tarde o temprano saldrán a la luz. En cualquier caso, si hay terceras personas que van a formar parte del ámbito futuro de la familia que cambia de situación, lo procedente es ir introduciéndoles poco a poco, sobre todo si existen menores, para no generar un estrés mayor del requerido en una situación tan traumática.
  • Madurez. La decisión, una vez que se ha tomado, debe ser lo suficientemente madura como para, en principio, perdurar en el tiempo. Decir quiero el divorcio de manera reiterada en el tiempo, acompañado de reconciliaciones en periodos más o menos prefijados, abocan en principio a cualquier relación al fracaso.
  • Empatía. La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. A la hora de decir quiero el divorcio, no debemos ser egoístas y buscar autocomplacernos. Por el propio respeto que le debemos (incluso jurídicamente) a nuestro cónyuge, debemos ser capaces de ponernos en su lugar y tratar de no hacerle las cosas más complejas de lo que de por sí ya son.

Si combinamos estas tres características a nuestro discurso, si bien no garantizamos un resultado amistoso, sí estaremos más cerca de lograrlo que si aplicamos lo contrario.

¿Conoces alguna forma perfecta de decir quiero el divorcio? Compártela con nosotros en nuestro Facebook.

 

El hijo del Divorcio – Carta a padres divorciados.

Desgarradora es esta carta de un hijo a sus padres. Hay frases tan sencillamente brutales que lo único que merecen es el entrecomillado y/o ser resaltadas en negrita.

  • Mi corazón se rompe cada vez que tengo que renunciar a un padre.
  • Mi sentido de la seguridad está perdido.
  • Por favor, no asumáis que soy resistente.
  • Soy un ser humano como vosotros y con necesidades como vosotros.
  • Necesito amor, atención, educación, estabilidad, consistencia, afecto, entendimiento, paciencia… y sobre todo ser querido.
  • Algún día este shock inicial se disipará, pero el cómo eligieron ser mis padres a través de esta crisis jamás se disipará.
  • Las cosas buenas le pasan a la gente buena…yo debo haber sido malo.

Me rompe el corazón que pueda haber un niño, sólo un niño en todo el mundo, que pueda llegar a sentirse así. Cada vez estoy más convencido de que no sólo puede hacerse de otro modo, sino que debe ser OBLIGATORIO hacerlo de otro modo.

Las relaciones humanas son complicadas y donde hoy hay amor, mañana puede haber odio… o al menos resentimiento. ¿Pero qué culpa de nada tienen nuestros hijos?. El Derecho, así con mayúsculas, nos ayuda a que se restablezcan condiciones de normalidad (al menos jurídica) y de igualdad. Que dos personas no se caigan bien o ya no se amen no es jurídicamente relevante. Y si no se respetan, o no se ponen de acuerdo a la hora de repartir su casa y el resto de sus bienes, en mi opinión, me da absolutamente igual que se enzarcen en una infinita batalla en la que ellos dos irremediablemente pierden, y sólo un factor de la ecuación gana… el abogado.

Los que me conocen personalmente saben que defiendo la libertad de honorarios, y me parece perfectamente lícito que un abogado le saque los intestinos a su cliente con tal que dañar a la otra parte. Chapó por él y por su cuenta corriente. Pero si hay niños…

Siempre propongo cuando hay una pareja en conflicto y no son capaces de digerir las negociaciones para llegar a un acuerdo justo para ambos que separemos las dos realidades de su divorcio. Lo material… que en el orden de importancia puede alcanzar cotas muy altas, y lo humano… que en muchas ocasiones dejamos como secundario, cuando es lo más importante de todo.

¿Y si jurídicamente nos preocupamos por nuestro Mayor Patrimonio y dejamos nuestro patrimonio y su división para después?.

Gracias Hijo del Divorcio

Nuestros procedimientos de divorcio son muy baratos. Algún compañero abogado me ha dicho que demasiado, y que no valoro mi trabajo.

Precisamente eso es lo que hago, pero a la inversa. Valoramos sobre todo y antes que nada el trabajo y el esfuerzo, pero de nuestra gente, nuestros clientes. Llegar a un acuerdo de divorcio es muy difícil en muchos casos, demasiado caro emocionalmente. Son dos vidas que cambian completamente y mochilas que siguen llenas en muchísimas ocasiones. Por eso es necesario premiar a los que llegar con eficacia a un término medio. A un acuerdo.

En nuestra mente siempre ronda la idea de cómo conseguir prestar nuestro servicio de máxima calidad, a un precio que sea asequible y objetivo. Si a nosotros nos traen el acuerdo, nos liberan de gran carga de trabajo, reducimos nuestros costes y consiguimos trasladar ese ahorro en el cliente. Por eso no puede divorfacil admitir procedimientos contenciosos. De ningún tipo (ni matrimonial, ni mercantil, ni siquiera un triste recurso de multas). Para eso están los abogados con despachos tradicionales a los que divorfacil.com no debe dar la espalda, ni mucho menos. No queremos ser competencia en ningún otro aspecto que en aquello en que somos los mejores. Los de un divorcio demasiado barato. Nuestro servicio es el mismo, y en muchas ocasiones mejor, que los que ofrece un despacho tradicional.

Sólo con la máxima transparencia y especialización logramos tener éxito. Vivimos en la época de la especialización, y divorfacil ha dado un paso más. Superespecialización en la tramitación de divorcios de mutuo acuerdo. De ahí viene el precio tan barato. Donde hay compañeros que minutan como un favor al cliente 600 € yo le facturo 200 € al matrimonio completo. Así de simple. Y si han tenido la buena voluntad, paciencia y valentía de redactar su convenio en un mediador profesional 180 €. Sólo superespecializado un despacho es capaz de esto. De otro modo, no.

El deseo de todos sería un buen divorcio…

Hay dos tipos de divorcios: los buenos (normales) y los malos (los menos). ¿De cuáles hay más?.

Nos ceñimos a las estadísticas, que hablan de un repunte de las situaciones de ruptura matrimonial en concordancia con la lenta recuperación económica, y nos encontramos ante la sorprendente cifra de 2,4 divorcios, separaciones o nulidad matrimonial por cada 1.000 habitantes en España. En total, 110.764 rupturas que se tramitaron en vía judicial.

De todas ellas, los divorcios supusieron un 94,1% del total, es decir, 104.262 divorcios registrados en 2012.  Esta cifra es más o menos estable desde el año 2008. Por lo tanto, y hablando en números redondos, cada año se sustancian en nuestros Tribunales de Justicia 100.000 procedimientos de divorcio.

De todos esos divorcios de los que hablamos, un 65,9% fueron de mutuo acuerdo. 65.900 procedimientos de divorcio de mutuo acuerdo.

Si hablamos del último factor a tener en cuenta, tomemos el dato de la edad media de duración (15 años) del matrimonio, y la edad media de los cónyuges que se divorcian (42 años las mujeres y 45,8 los hombres), podremos apreciar que en ambos casos, hombres y mujeres, en más de un 80% son usuarios habituales de internet (Fuente INE).

Por lo tanto, los datos hablan por sí solos. Hay más divorcios buenos que divorcios malos. Los malos hacen mucho ruido. Los buenos, una de sus virtudes, es que no hacen ruido. Pasan prácticamente inadvertidos para los que les rodean.

¿Qué tiene que ver divorfacil.com con todo esto?

En divorfacil no promovemos rupturas, ni queremos sangrar a las parejas que rompen. Más al contrario, como sólo tramitamos divorcios de los buenos, queremos ofrecer nuestros sistemas y herramientas para, poniéndolas a disposición de cualquier pareja que se quiera divorciar de una forma que conocen y utilizan (a través de internet), poder satisfacer sus necesidades de una manera adecuada y económica. Fácil.

No pedimos explicaciones del motivo de la ruptura a nuestros clientes, pero no somos ajenos a su situación personal. Por eso, para intentar apoyarles en esos posibles momentos de máxima dificultad, ponemos a su disposición, de manera gratuita, una consulta con un psicólogo especialista en este tipo de procesos. Somos humanos.