El hijo del Divorcio – Carta a padres divorciados.

Desgarradora es esta carta de un hijo a sus padres. Hay frases tan sencillamente brutales que lo único que merecen es el entrecomillado y/o ser resaltadas en negrita.

  • Mi corazón se rompe cada vez que tengo que renunciar a un padre.
  • Mi sentido de la seguridad está perdido.
  • Por favor, no asumáis que soy resistente.
  • Soy un ser humano como vosotros y con necesidades como vosotros.
  • Necesito amor, atención, educación, estabilidad, consistencia, afecto, entendimiento, paciencia… y sobre todo ser querido.
  • Algún día este shock inicial se disipará, pero el cómo eligieron ser mis padres a través de esta crisis jamás se disipará.
  • Las cosas buenas le pasan a la gente buena…yo debo haber sido malo.

Me rompe el corazón que pueda haber un niño, sólo un niño en todo el mundo, que pueda llegar a sentirse así. Cada vez estoy más convencido de que no sólo puede hacerse de otro modo, sino que debe ser OBLIGATORIO hacerlo de otro modo.

Las relaciones humanas son complicadas y donde hoy hay amor, mañana puede haber odio… o al menos resentimiento. ¿Pero qué culpa de nada tienen nuestros hijos?. El Derecho, así con mayúsculas, nos ayuda a que se restablezcan condiciones de normalidad (al menos jurídica) y de igualdad. Que dos personas no se caigan bien o ya no se amen no es jurídicamente relevante. Y si no se respetan, o no se ponen de acuerdo a la hora de repartir su casa y el resto de sus bienes, en mi opinión, me da absolutamente igual que se enzarcen en una infinita batalla en la que ellos dos irremediablemente pierden, y sólo un factor de la ecuación gana… el abogado.

Los que me conocen personalmente saben que defiendo la libertad de honorarios, y me parece perfectamente lícito que un abogado le saque los intestinos a su cliente con tal que dañar a la otra parte. Chapó por él y por su cuenta corriente. Pero si hay niños…

Siempre propongo cuando hay una pareja en conflicto y no son capaces de digerir las negociaciones para llegar a un acuerdo justo para ambos que separemos las dos realidades de su divorcio. Lo material… que en el orden de importancia puede alcanzar cotas muy altas, y lo humano… que en muchas ocasiones dejamos como secundario, cuando es lo más importante de todo.

¿Y si jurídicamente nos preocupamos por nuestro Mayor Patrimonio y dejamos nuestro patrimonio y su división para después?.

Gracias Hijo del Divorcio

El concepto de familia es el mismo, y ese permanece inalterable en el tiempo. Lo que cambia son las formas y los componentes de la misma. Hoy en día aparecen nuevos integrantes que históricamente no tenían cabida (nuevas parejas de los padres, hijos de las nuevas parejas…) y su localización geográfica se dispersa (la casa de papá, la casa de mamá…). Aún con todas las particularidades que en cada situación se crean, seguimos hablando de ella, de la familia.

Cuando hablamos de la familia, podemos decir que ésta es el núcleo de nuestra sociedad y que su importancia es vital para el sano desarrollo de todos los seres humanos. Lamentablemente, existen circunstancias que, en ocasiones, escapan del control emocional y racional de los cónyuges y la separación y/o divorcio, se convierten en medidas necesarias que pueden evitar un mal mayor cuando la relación de pareja se ha vuelto demasiado conflictiva, tiene repercusiones graves sobre los hijos y, se han agotado todos los recursos por solucionar la situación.

Cuando dos personas deciden separarse, cualquiera que sea el motivo, ocurren una serie de hechos que suelen ser incómodos. En medio de todas las cuestiones legales y de la vivencia emocional de cada miembro de la antigua pareja, existe otra situación a la que muchas veces no se le da la importancia suficiente y que requiere de un adecuado manejo para sobrellevarla: la vivencia que los hijos están teniendo de esta separación, pues son las principales víctimas de todo proceso de ruptura.

Cuando ocurre una separación, los hijos experimentan una especie de duelo, por la pérdida de la vida con los padres juntos y por la ruptura de la estabilidad familiar, con todo lo que esto implica, además de la amplia gama de sentimientos que se producen. Los hijos pueden experimentar sentimientos de culpa por la percepción de que ellos pudieron ser los responsables de que sus padres se separaran, situación que en muchos casos se presenta por el señalamiento de alguno de los padres o de ambos hacia el hijo “que con sus comportamientos hizo que su papá o mamá se fuera”. También pueden experimentar rabia ante alguno de los padres o ante ambos por lo que está viviendo, así como impotencia por la sensación de no poder hacer nada para evitarlo y, por supuesto tristeza ante todo lo que está presenciando. Otros pueden encerrarse en sí mismos como parte de un mecanismo de defensa contra el daño que la separación le ocasiona, o pueden mostrar rebeldía, fallos en la escuela… Sin embargo, no todos los niños reaccionan de la misma manera, lo que depende fundamentalmente de sus características personales y de cómo se esté manejando la situación de separación o divorcio.

Los niños pueden creer que son la causa del conflicto entre sus padres. Muchos niños tratan de hacerse responsables de reconciliar a sus padres y muchas veces se sacrifican a sí mismos en el proceso. La pérdida traumática de uno o de ambos padres debido al divorcio puede hacerlos vulnerables a enfermedades físicas y mentales (psíquicas).

Los padres deben percatarse de las señales de estrés persistentes en sus hijos. Estas señales pueden incluir la falta de interés en la escuela, por los amigos e incluso en la búsqueda de hobbies y entretenimientos. Otros indicios son el dormir muy poco o demasiado y el ser rebeldes y argumentativos con los familiares.

Se ha comprobado que es preferible para la estabilidad emocional de los hijos, unos padres separados pero felices a unos padres juntos pero que viven peleando, sin llevar ninguna relación de amor. Ellos llegarán a entenderlo, si es bien manejado e incluso podrán llegar a asumirlo como una experiencia más de su vida que los hará crecer como personas. Sin embargo, para que los hijos puedan comprender la separación y adaptarse poco a poco al nuevo estilo de vida, es importante considerar varias recomendaciones generales para el manejo efectivo del mismo:

–          Es muy importante mantener una actitud abierta y clara.

–          Explicar sinceramente (sin detalles dolorosos) lo que está pasando y porqué.

–          No hay que culpar a nadie y mucho menos a los hijos.

–          Hablar con ellos en el momento apropiado.

–          Estimular a que pregunten lo que deseen y contestarles con sinceridad, teniendo en cuenta su edad, capacidad de compresión y sus características personales.

–          Se les debe permitir expresar sus sentimientos ante el divorcio y que sepan lo que sus padres están sintiendo también.

Los niños tienen el derecho de ver y estar con sus padres cuando así lo deseen, así que no deberá prohibírsele el poder hacerlo. Se debe conversar y llegar a un acuerdo acerca del régimen de visitas, vacaciones…y por supuesto también deben acordar mutuamente las normas a señalar en ambos hogares para que no existan confusiones. Por todo esto, se debe tratar de llevar una relación respetuosa entre ambos, no expresar cosas negativas del otro delante del niño, y nunca utilizar al niño como mensajero, ni para obtener beneficios propios, ni para interrogarlo intentando explorar qué hace o deja de hacer el otro; Tampoco hay que amenazar a su hijo como un castigo a su comportamiento, con llevarlo o dejarlo con el otro progenitor. No sometan a su hijo a la difícil situación de escoger con qué progenitor quiere quedarse, esto genera angustia y sentimientos encontrados.

Los niños han de saber que su mamá y su papá seguirán siendo sus padres aún si el matrimonio se termina y los padres no viven juntos. Las disputas prolongadas acerca de la custodia de los hijos o el presionar a los niños para que se pongan de parte del papá o de la mamá les pueden hacer mucho daño a los hijos y puede acrecentar el daño que les hace el divorcio.

Durante todo este proceso de separación, los hijos necesitarán más de cada uno de sus padres, por lo que hay que compartir el mayor tiempo posible con ellos y mostrarles que el cariño que sentimos por ellos no cambiará. No hay que llenarlos de cosas materiales para tratar de llenar espacios de afecto y no sentirse culpables, pues los padres en ese no les hacen ningún bien a los niños.

También es importante que no fomenten las fantasías de reconciliación que pueden tener sus hijos, si su decisión es definitiva, hay que hacérselo saber para que ellos puedan terminar de cerrar su proceso y comprender la situación. Es decir, comenzar con el proceso de superación del duelo.

En primer lugar, indicar que lo que desde este blog estamos intentando es aproximar la realidad del mundo del divorcio a la calle. Desmitificar aquellas palabras y expresiones que a los abogados nos gustan tanto, y llevarlas cerca de la gente que no tiene por qué saber de Derecho. Es por ello que, a mis amigos estudiantes de Derecho que caigáis por aquí, os aviso de que no podéis esperar un análisis comparado de jurisprudencia o doctrina, pues no es el lugar más apropiado…

HECHOS

El caso que se presentó a casación, que es la fórmula que se utiliza para unificar criterios por parte del máximo responsable de tomar estas decisiones, es el de una pareja de hecho que se separa y se van a vivir a localidades distintas. Hasta ahí, nada de particular. Un caso de tantos. La distancia entre domicilios es de 32 kilómetros. En sentencia de primera instancia de La Roda (Albacete) se establece que en el régimen de visitas que tenían acordado, sería el padre (progenitor no custodio en este caso) quien recogería al menor en el domicilio materno, y la madre (progenitor custodio) quien debería ir a buscarlo el último día de la visita. Es decir, el padre recoge al niño en casa de la madre el sábado a las 10:00 y la madre lo recoge en casa del padre en domingo a las 20:00.

Al existir recurso, se determina por la Audiencia Provincial que debe ser el padre quien asuma ambos desplazamientos, al ser quien reside en población distinta a la del menor.

DERECHO

El Supremo, quien tiene la última palabra, sentencia lo siguiente:

1. Cada padre/madre recogerá al menor del domicilio del progenitor custodio, para ejercer el derecho de visita y el custodio lo retornará a su domicilio. Este será el sistema normal o habitual.

2. Subsidiariamente, cuando a la vista de las circunstancias del caso, el sistema habitual no se corresponda con los principios expresados de interés del  menor y distribución equitativa de las cargas, las partes o el juez podrán atribuir la obligación de recogida y retorno a uno de los progenitores con la correspondiente compensación económica, en su caso y debiendo motivarse en la resolución judicial.

Estas dos soluciones se establecen sin perjuicio de situaciones extraordinarias que supongan un desplazamiento a larga distancia, que exigirá ponderar las circunstancias concurrentes y que deberá conllevar una singularización de las medidas adoptables.

No ha causado gran alboroto esta sentencia, pero la repercusión en la práctica es grande. El sistema más habitual hasta la fecha es el del cónyuge no custodio que hace ambos desplazamientos. Por lo tanto, no deberá sorprendernos el ver cada día con mayor frecuencia, al cónyuge custodio ir a por los menores al domicilio de su ex.

Como todo en este mundo, esta solución tiene sus pros y sus contras.

Pros: Los menores comprenderán que hay un reparto más equilibrado de las tareas que tienen que ver con ellos. El cónyuge custodio se familiariza con el entorno en el que sus hijos pasan el periodo de la visita. El cónyuge no custodio reduce la carga económica sin afectar a pensión.

Contras: Puede tratarse de una nueva fuente de conflicto en aquellos casos en los que el cónyuge custodio entiende que lo que ahora el Supremo ve como recomendable (o subsidiario en caso de falta de acuerdo) va en contra de un derecho adquirido.

En cualquier caso, el mismo Tribunal Supremo advierte que en cualquier caso, lo más recomendable es que en interés del menor, lo primero a lo que hay que atenerse es al encuentro de voluntades entre ambos progenitores. En los casos de divorcio, siempre lo más recomendable el que todo se haga con responsabilidad, buscando siempre lo mejor para nuestros hijos. En definitiva, que se haga todo de mutuo acuerdo.

 

Divorcio express es un concepto que hoy en día entiendo que se ha hecho con un hueco en la mentalidad colectiva. Me explico. Es un concepto que nace a raíz de una reforma legislativa que moderniza unos sistemas que poco se acomodaban al sentir de la población. La ley se llegó a llamar del Divorcio Express, gracias a la manía de los españoles de ponerle un mote a todo, y a partir de ahí en adelante, con Divorcio express se quedó.

No me gusta ese mote, pero sí el concepto. Si lo ya de por sí difícil se trata de complicar aún más, obtenemos algo dos veces difícil. Eso es muy duro y puede generar traumas en los que lo viven y, peor aún, en los hijos que conviven con personas traumatizadas. Hay que buscar siempre el beneficio del menor, y después el del resto. Por eso, cuanto menos traumático sea un proceso de separación o divorcio, menos daño hará en los ya de por sí dañados, los niños.

Fuera de los casos en los que hay niños, hay que tener en cuenta la propia salud mental de los mayores, los cónyuges que ya no quieren serlo. Ser feliz es difícil si llevamos una mochila con piedras. Y si nos ponen encima una cadena en el pie, será mucho más difícil aún ser feliz.

Por eso, y por el concepto que defendemos de divorcio sin traumas, os invitamos a que nos “amigueéis” en Facebook .

 

Nuestros procedimientos de divorcio son muy baratos. Algún compañero abogado me ha dicho que demasiado, y que no valoro mi trabajo.

Precisamente eso es lo que hago, pero a la inversa. Valoramos sobre todo y antes que nada el trabajo y el esfuerzo, pero de nuestra gente, nuestros clientes. Llegar a un acuerdo de divorcio es muy difícil en muchos casos, demasiado caro emocionalmente. Son dos vidas que cambian completamente y mochilas que siguen llenas en muchísimas ocasiones. Por eso es necesario premiar a los que llegar con eficacia a un término medio. A un acuerdo.

En nuestra mente siempre ronda la idea de cómo conseguir prestar nuestro servicio de máxima calidad, a un precio que sea asequible y objetivo. Si a nosotros nos traen el acuerdo, nos liberan de gran carga de trabajo, reducimos nuestros costes y consiguimos trasladar ese ahorro en el cliente. Por eso no puede divorfacil admitir procedimientos contenciosos. De ningún tipo (ni matrimonial, ni mercantil, ni siquiera un triste recurso de multas). Para eso están los abogados con despachos tradicionales a los que divorfacil.com no debe dar la espalda, ni mucho menos. No queremos ser competencia en ningún otro aspecto que en aquello en que somos los mejores. Los de un divorcio demasiado barato. Nuestro servicio es el mismo, y en muchas ocasiones mejor, que los que ofrece un despacho tradicional.

Sólo con la máxima transparencia y especialización logramos tener éxito. Vivimos en la época de la especialización, y divorfacil ha dado un paso más. Superespecialización en la tramitación de divorcios de mutuo acuerdo. De ahí viene el precio tan barato. Donde hay compañeros que minutan como un favor al cliente 600 € yo le facturo 200 € al matrimonio completo. Así de simple. Y si han tenido la buena voluntad, paciencia y valentía de redactar su convenio en un mediador profesional 180 €. Sólo superespecializado un despacho es capaz de esto. De otro modo, no.

Después de mucho trabajo, más que el que se pueda apreciar en la página, ya tenemos en marcha www.divorfacil.com

Probablemente no haya líneas suficientes para agradecer a todas las personas que han intervenido en la creación de la página y su sistema de trabajo. A todas ellas GRACIAS. Conseguir llegar a un precio de divorcio tan barato es parte de vuestro esfuerzo, y gracias a vosotros muchas personas se podrán beneficiar de él.

Cristina, Diego, María, Oscar, Ana, Ricardo, Carlos, Javier, Concha, Inés… a vosotros especialmente GRACIAS por vuestra eficacia, esfuerzo, comprensión y voluntad. Con equipos como este es fácil trabajar. Detrás de divorfacil está el esfuerzo de todos y cada uno de vosotros.

Pero divorfacil no es sólo el precio escandalosamente bajo. Es una filosofía de vida de ayuda al otro. Cuando una pareja toma la difícil decisión de divorciarse es vulnerable a criterios de cobro desmesurados por ciertos abogados. Anteponen su necesidad a la del cliente. Se ciñen a honorarios que son exagerados en relación al trabajo. Por mi parte, respeto a todos los compañeros que aplican tabla. Yo no lo he hecho y no lo haré. Me desmarco de ellos y me quito la etiqueta de “caro”.

Mismo servicio, más agilidad y calidad en el servicio. Internet es un apoyo para cuestiones como los trámites de un divorcio de mutuo acuerdo.

Si el problema era el precio, ya no es excusa. Divorfacil no debe promover ningún divorcio, sino ser  herramienta al servicio de los que ya se quieren divorciar. Estar ahí cuando nos necesiten. Con esa voluntad, desde hoy comenzamos a trabajar al servicio del gran público.